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“¡Pobre amigo mío! Cuando sepas que este año hemos tenido
espectáculos novísimos, te pesará tu decisión de ir a buscar originalidad a
otras tierras, pues es muy posible que ya, en muchos años, no tengas ocasión de
presenciar lo que el actual año hubieras
presenciado…”
Así comenzaba un largo repaso en el Periódico Adelante de 14-04-1928,
a las fiestas de Semana Santa, deteniéndose especialmente en Las Palmas, La
Santa Cruz, "los del Gordo" y La Dolorosa.Pero la explicación a lo más original que sucedió ese año, aparecía a continuación: El tiempo.
Periódico Adelante de 14-04-1928 |
Confirmado. Antonio Cañamón tenía razón. Vino a visitarnos un día al Archivo porque creía que habíamos fechado erróneamente una parte de
las fotografías de la colección Munguía Oñate en 1929. Afirmaba que las
fotografías del Encuentro en El Calvario, respondían a la celebración
excepcional que se hizo únicamente en 1928 porque la lluvia había impedido
precisamente la procesión del Calvario y la gente se había quedado con las
ganas de subir. Sugirió que buscásemos
el pago de serrín que a buen seguro se emplearía para contrarrestar el barro de las calles. Y buscando serrín, encontramos yeso...
Libro de Caja de 1928 |
En el Libro de Caja de 1928 apareció un apunte
esclarecedor.
Se le pagan:
“A Santiago Garaulet Romero, maestro albañil, por doce
fanegas de yeso para colocación de los palos en el Calvario con motivo de la
procesión del Resucitado: 13, 20 pts.”
Y pudimos confirmarlo con el Libro de Actas de la Comisión
de Gobierno de 18 de abril de 1928, donde se aprobaron varias cuentas de gastos
de Semana Santa:
“otra de Santiago Garaulet, de trece pesetas veinte céntimos
por jornales en la semana del 9 al 15 del actual, para la colocación de postes
para adornar en el Calvario”
Libro de Actas de la Comisión de Gobierno de 1928 |
Llaman la atención los gastos aprobados, considerando la
Semana Santa como “festejos”. No faltan los adornos con sabinas para El Rabal,
carreras de coches, fuegos artificiales…
Así lo describe el periódico:
“Como en años anteriores, el Excelentísimo Ayuntamiento
organizó diversos festejos cívicos, como complemento de los religiosos; ha
habido tracas, castillos de fuegos artificiales, gim-kana automovilista,
verbena y colocación de dos primeras piedras…”.
Fueron precisamente dos fotografías de la colección
Munguía-Oñate las que nos llevaron a datarlas en 1929: una de la plaza de toros
de Murcia y otra del edificio de la nueva prisión del partido.
Las dos primeras piedras que se colocaron esta
Semana Santa de 1928 fueron la de una escuela de niñas y la de la cárcel. Por
lo tanto, pensamos que era más apropiado datar la foto de la cárcel en 1929.
¿Podría ser que el señor Ricardo Oñate Manjón, autor de las fotos, viniera a su Hellín
querido dos años seguidos en 1928 y 1929? Tendremos que seguir investigando
para datar con precisión las fotos donadas por sus descendientes. Pero
indudablemente tenemos que corregir: Las fotos de la celebración del Encuentro
en el Calvario son de abril de 1928.
Y como dice el dicho “nunca llueve a gusto de todos” y no
hay Semana Santa sin su polémica. Esta original celebración no debió de repetirse,
pues se consideraba Santa Ana como un lugar mucho más apropiado para el
Encuentro.
Esta es la opinión que aparece en el periódico Adelante de 14-04-1928,
antes citado:
Encuentro en El Calvario por Ricardo Oñate |
“Las procesiones. Solemnes y ordenadas, como ningún año, han
resultado las tres procesiones celebradas, la del miércoles y el Entierro de
Cristo, con su carrera de costumbre y la del Resucitado con el itinerario de la
del Viernes, celebrándose el Encuentro en el Calvario.
Respecto a esta innovación que, por privarnos de la
excursión al Calvario, se ha hecho este año, vemos oportuno hacer una
observación. Se dice que en lo sucesivo se celebrará en el Calvario; y creemos
que eso sería sacar las cosas de quicio. El Calvario es única y exclusivamente
adecuado para Viernes Santo y todo lo que se intente hacer allí resultará
incoloro, le faltará el ambiente de ese día sin par. No queremos decir con esto
que resultara mal la procesión, antes al contrario, no pudo organizarse mejor,
pero fuera por la falta de costumbre, fuera porque la afluencia de gente fue
menor que otros años, lo cierto es que, aún con el aliciente de tambores, que
éstos sí que deben seguir tocándose todos los años por este día, ya que se ha
demostrado que los hellineros son incansables para este menester, realzan mucho
más la procesión, nunca, ni aún en el emocionante momento del Encuentro, llegó
a embargar nuestra alma una emoción tan honda como la que hemos sentido otros
años mientras a la Virgen le cantaba el sentido Motete el maestro Campos”.
*Nota: la imagen del periódico Adelante ha sido facilitada por un particular y no pertenece al Archivo municipal.
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