Los sonetos de Lorca

La casa de Don Fernando Romero Ribes o Casa de la Notaría

Casa "De la notaría" en C/ Tesifonte Gallego, 26
Don Fernando Romero Ribes es valenciano, nace hacia 1888 en Almoines (Valencia) y se casa con la hellinera Teresa Martínez Valenciano, que era maestra. En principio, residen unos años en Bellreguart, donde nace su hijo Fernando, pero enseguida trasladan su domicilio a Hellín.
AMH. Padrón de habitantes de 1935. A_00011_001

 Debe de ser un moderno industrial con éxito, dedicado al mundo del arroz, pues posee un molino arrocero eléctrico, una fábrica eléctrica para descascarar arroz y otra fábrica también eléctrica para blanquearlo. Sus ingresos le permitirán, entre otras cosas, aparecer en los listados de varones electores y elegibles.

AMH. Matrícula de Industrial de 1935. A_00526_006

De ahí que, con un negocio boyante, decidiese encargar un proyecto para construir su casa al afamado arquitecto provincial Julio Carrilero. El solar elegido se encontraba en el número 26 de la calle Tesifonte Gallego, próxima al Mercado municipal de abastos. Esto sucedió en 1930.

AMH. Proyecto de obras de 1930. A_00001_002
Como puede observarse, según el plano se ejecutó fielmente la obra, incluso la rejería; y es de admirar su buen estado de conservación. Dividida en tres cuerpos con numerosos vanos, destaca el balcón del dormitorio principal y continúa el estilo ecléctico que tan buenos resultados había dado desde finales del XIX. En esa época el arquitecto Justo Millán había diseñado la urbanización de toda esta zona donde se instalaron las casas más importantes.
Comparar el plano y la realidad nos admira pues se conserva intacta con todos sus detalles.

Comentarios

  1. Afortunadamente esta finca está habitada y en perfecto estado de conservación y uso. No puede decirse lo mismo de las imponentes casas de esta zona de la ciudad, sin ir más lejos la que se aprecia en la imagen, (Tesifonte Gallego esquina Arquitecto Justo Millán), la casa de Sindicatos,etc. Si a esta calle le unimos solares abandonados y el inútil edificio que se levantó en la calle Mercado con Arquitecto Justo Millán, tenemos como resultado la decadencia absoluta de una de las calles más bonitas y antaño esplendora de la ciudad.

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