Los sonetos de Lorca

La capilla de Esteban Pérez de Ossorio

Recientemente adquirimos dos libros de actas y contabilidad del Patronato constituido por Esteban Pérez de Ossorio. En ellos se trata de la fundación de una capilla en la parroquia de la Asunción dedicada a la «Virgen de la Antigua» y las cuentas de ingresos y gastos que generaron entre 1596 y 1633.



Ya han comenzado los primeros investigadores a interesarse por estos libros históricos. Son ellos quienes realizarán los trabajos de transcripción e investigación histórica y los que nos darán respuestas. Pero, una de las preguntas que nos realizan los ciudadanos con frecuencia es dónde estaría situada esta capilla. 
A falta de que los investigadores corroboren este dato y según la página web de Campos de Hellín, se trataría de la que actualmente se conoce como la capilla del Corazón de Jesús, que aparece marcada en el plano con el número seis. Es una de las capillas de enterramiento más notables del templo, que destaca sobre todo por su bóveda ovalada con casetones





La descripción que se hace en esta página de Campos de Hellín  es la siguiente:
"6) Capilla de La Antigua y del Corazón de Jesús, con bóveda elíptica cubierta de casetones de flores y bustos masculinos. En los medallones de las pechinas están representados los cuatro evangelistas. El arco rebajado está decorado con casetones y apoya sobre columnas estriadas de capitel compuesto. Su primera advocación tiene origen en Sevilla donde su promotor, el hellinero Esteban Pérez Osorio, fue Cónsul de la Universidad. Quien encargó un retablo terminado en 1579"




 En la transcripción de la primera página del libro se cuenta que Esteban Pérez de Ossorio había fallecido el día 20 de noviembre de 1592 y había sido nombrado por patrono de esta capilla su sobrino Diego Pérez, que es quien se encargó de comenzar a poner las cuentas por escrito.

“En la villa de Hellín, a diecisiete días del mes

 de abril de mil y quinientos y noventa y seis años, yo

 Diego Rodríguez de Vera, vicario de esta dicha villa y su

 distrito, por su señoría el señor Don Sancho Dávila y Toledo,

 por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, obispo

 de Cartagena y de todo su obispado, del consejo del rey nuestro señor;

 y Diego López de Valcárcel, alcalde ordinario en esta dicha

villa y su jurisdicción, por el rey nuestro señor; y Diego

Pérez, vecino de esta dicha villa, como patrón de la capilla

y patronazgo que dejó y fundó Esteban Pérez, su tío,

difunto, que sea en gloria, vecino que fue de la ciudad de

Sevilla y natural de esta dicha villa, en la iglesia

mayor de Nuestra Señora Santa María de esta villa de

Hellín, so invocación de Nuestra Señora de la Antigua y del

juro que para ello dejó, cargado y situado sobre las al-

cabalas que a su majestad se pagan en este partido,

y en particular sobre las de esta villa por particular

y privilegio del rey Don Felipe nuestro señor. Que el dicho

juro, en cada un año, es de renta quinientos mil maravedíes

pagados por sus tercios para con ellas cumplir y pagar

lo ordenado y mandado por el dicho Esteban Pérez, difun-

to, contenido y declarado por su testamento y codicilos

que otorgó ante Simón de Pineda, escribano de Sevilla.

Bajo del cual dicho testamento y codicilos murió,

que exhibió y pareció por una cláusula del dicho testamento

que hubo mandado el dicho Esteban Pérez, fundador, y ordenado

que el patrón que fuese de la dicha capilla y patronazgo

fuese obligado a dar cuenta en cada un año por Pascua

de Resurrección de los maravedíes del dicho juro y de la dis-

tribución de ellos. Y atento que el dicho Esteban Pérez parece

murió a veinte días del mes de noviembre del año pasado

de mil y quinientos y noventa y dos años, y desde entonces el dicho

Diego Pérez es patrón de la dicha capilla y patronazgo, y hasta

el presente no ha dado cuenta de los maravedíes que han procedido

del dicho juro, desde que murió el dicho Esteban Pérez hasta

fin del año pasado de mil y quinientos y noventa y cinco

años, cumpliendo con su obligación el dicho Diego

Pérez, patrón, presentes dichos vicario y alcalde

por ante mí, Damián Macanaz, notario, dio la dicha

cuenta del dicho tiempo de suso referido...”


La virgen de la Antigua de la catedral de Sevilla era venerada sobre todo por los pasajeros que se aventuraban a atravesar la mar océana en su viaje a Las Indias (América)

 

 

 

 


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